LA ISLA DE LA FANTASIA

LA CASA DE LOS MILAGROS

 




En un rincón olvidado del padrón electoral, donde las casualidades se convierten en arte y la política en un espectáculo de ilusionismo, encontramos un domicilio que desafía las leyes de la física y la lógica. Allí, en esa dirección mágica, en la casa del intendente conviven el intendente, su hijo y, como si fuera poco, el principal candidato del oficialismo. No es una casa; es un milagro.

Uno podría imaginarse una mansión digna de una telenovela, con alas interminables y habitaciones que se multiplican como panes y peces. Pero no. Es una vivienda modesta, dicen, con una puerta que cruje y un timbre que no funciona. Y, sin embargo, alberga a tres figuras clave de nuestra democracia local. ¿Cómo lo logran? ¿Será que comparten camas ? 

La  autopercibida oposición, por supuesto, ha levantado la ceja. "Es una estrategia", murmuran. Alguien totalmente descarado como este cronitsa afirma que  "un intento descarado de concentrar el poder en una sola dirección". Pero el oficialismo no dice nada. El intendente con su sonrisa fingida, quizás diga que sólo se trata de pura coincidencia. Su hijo, un inepto a todas luces , canchereando la situación y ante el escriba oficial que le lame las botas quizás diga que lo primero es la familia.

El candidato rojo de furia porque se filtró el dato quizás afirme que por la crisis económica por la que viene atravesando el país y ante la drástica reducción del gasto implementada por el intendente, él no puede irse a vivir solo. Total nadie le recordará que él forma parte de un espacio que gobernó el país, la provincia y fundamentalmente la ciudad en 

Y así seguimos, en este teatro del absurdo, donde las direcciones no son solo lugares, sino símbolos de un sistema que se ríe de nosotros en nuestra cara. Porque, al final, ¿qué es la política sino el arte de hacer que lo imposible parezca inevitable?


Comentarios