NO MUERDEN

 





NO ES PROGRESO, ES ATRASO

En el microcentro de Rosario, en el corazón financiero de la vecina ciudad, empezó a escucharse un rumor. Un rumor que se convirtió en una preocupación para varios operadores, empresarios y profesionales del sector inmobiliario.

¿Se convertirá la calle Santa Fe, tradicional calle bancaria, en un cementerio de edificios?

En la esquina de Sarmiento y Santa Fe, el Banco de Córdoba ocupó por muchísimos años un inmueble de 1.500 m, con once cocheras y un auditorio. Ya no está allí. Se mudó a un local de 200 m2 en calle Balcarce entre Córdoba y Rioja.

La situación económica del país hace que la rebaja de los costos sea una prioridad para muchas organizaciones empresariales. El acceso y el mayor acceso a nuevas tecnologías hace que los bancos, por ejemplo, necesiten cada vez menos espacio físico para la atención de personas.

La pandemia ocasionada por el Covid-19 transformó a clientes y empleados acelerando en las instituciones bancarias la adopción de canales digitales. “Ir al banco” ya no estar antes de las 10 de la mañana haciendo una larga cola esperando que abra la sucursal, aguardar que el cajero nos atienda, o llegar antes de las 15 que cierra. Hoy el banco está en nuestro celular, nuestra computadora, a un click de distancia, las 24 horas los 365 días del año.

Las operaciones digitales es una tendencia irreversible debido a que son más prácticas, eficientes y brindan ahorro invaluable de tiempo a los clientes.

Según Ámbito Financiero, hoy las decisiones de inversión como abrir un plazo fijo, compra de divisas, o la solicitud de un crédito personal ya son mayormente online.

El mismo medio afirma que antiguamente el concepto era que mientras más grande era el edificio, más grande era el banco. Lejos se está hoy de esa idea y las sucursales se están achichando y transformando hacia modelos de atención personalizada, dando el pase al canal digital del grueso de las operaciones.

Pese a todo, la alianza gobernante en la ciudad (integrada por el PJ, La Cámpora y Juntos por el Cambio) con el apoyo de CREO, el Frente Progresista Cívico y Social y el silencio de la UCR y el Socialismo, insisten que la construcción de un edifico de 1250 metros cuadrados en un parque que pertenece a la comunidad, es progreso.

Son los mismos que en los últimos 20 años no pudieron instalar un semáforo.

No se distingue si huelen a naftalina. O a azufre.

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