LA ISLA DE LA FANTASIA

 



Isla de los Mástiles: la trama oculta de una concesión a espaldas de la gente

. Entre gallos y medianoches, con el sigilo que antecede a las maniobras más opacas, el gobierno municipal de Granadero Baigorria, bajo la batuta del intendente Adrián Maglia  y su secretario de Obras y Servicios Públicos, Martín Tartarelli (quien, para colmo, tiene a su cargo el área de Ambiente y es candidato a concejal por el oficialismo), ha vuelto a la carga. El objeto: una nueva licitación para la concesión por 30 años del "uso y explotación de zona de isla de los Mástiles". Una jugada que huele a reiteración de viejas prácticas y que, una vez más, se teje a espaldas de la ciudadanía y de las organizaciones que desde hace años batallan por la preservación de este valioso ecosistema.

Crónica de un despojo anunciado: el historial de la Isla de los Mástiles

Para entender el presente, es imperativo bucear en el pasado reciente. La Isla de los Mástiles, un enclave de humedales de incalculable valor sistémico, se convirtió en 2020 en el epicentro de denuncias por presuntas ventas de lotes fiscales y desarrollos ganaderos. Fue entonces cuando diversas organizaciones ambientales, sociales, educativas y políticas de la región conformaron la  Comisión Intersectorial Reserva Isla de los Mástiles. Su objetivo: exigir al Estado municipal la protección del territorio.

A instancias de estas agrupaciones, el Concejo de Granadero Baigorria,  sancionó la Ordenanza Municipal N° 5621/20, que declara a la isla como "área natural protegida". Sin embargo, la letra chica de la norma ya presagiaba futuras controversias: el proyecto original de las organizaciones, que prohibía el uso del territorio para desarrollos inmobiliarios, fue ignorado en favor de una iniciativa consensuada entre la intendencia y concejales como Javier Minetti (Juntos por el Cambio) y Mauro Ferrero D'atri (La Cámpora), que dejaba la puerta abierta a tales emprendimientos. La ausencia de las organizaciones en la discusión de este último proyecto, lejos de ser un descuido, parece haber sido una estrategia deliberada.

El patrón se repitió en octubre de 2021. La Municipalidad de Granadero Baigorria lanzó una licitación similar para la "concesión de uso y explotación de zona de isla municipal y transporte náutico". Las alarmas se encendieron. La isla no es municipal, sino que fue cedida en comodato por la provincia en 1997 con un fin específico: "aprovechamiento comunitario y expansión forestal". Ni explotación, ni negocios. Pero el trámite avanzaba, e incluso se rumoreaba que estaba destinado a un comerciante local que ya habría construido una vivienda en la isla. La noticia, documentada por medios como La Capital y Página/12, evidenciaba la contravención a la normativa provincial y a la propia ordenanza municipal que declaraba a la isla "Área Natural Protegida". La concesión, a 30 años, prometía una exclusividad que era, a todas luces, una flagrante violación de los principios de conservación.

En aquel entonces, las organizaciones denunciaron la falta de consulta previa al Concejo y señalaron la existencia de una construcción irregular junto al parador Puerto Pirata, supuestamente el futuro emplazamiento del ganador de la licitación. Las cartas documento al Ejecutivo quedaron sin respuesta, en un municipio donde el derecho de acceso a la información pública parece ser una quimera. El temor a represalias, como inspecciones o multas, silenciaba a los vecinos. El concejal Minetti, quien ocultó el proyecto , en ese momento planteó la ilegalidad de la convocatoria por no respetar la Ordenanza 5621/2020, que exige la aprobación del Concejo para cualquier edificación o subdivisión del suelo. La presión surtió efecto: aquella licitación se cayó, y el gobierno municipal optó por el silencio.

La amnesia oficial y la complicidad silenciosa del Concejo

Pero, ¿qué sucede ahora? El mismo binomio, Maglia y Tartarelli, ha vuelto a la carga, y nuevamente, en el más absoluto hermetismo. La licitación ha sido convocada sin que casi nadie lo supiera.

Y aquí volvemos a la complicidad (o ceguera selectiva) del cuerpo legislativo. En la sesión del 24 de diciembre de 2024 (sí, una fecha sugestiva), el Ejecutivo envió un proyecto de declaración de "interés municipal" del proyecto privado "Los Mástiles". Este cronista solicitó información, y algunos concejales admitieron desconocer el contenido, señalando que Minetti, presidente de la comisión de gobierno, lo mantenía bajo "siete llaves". Recién en abril de 2025, la concejal  Gisela Da Ponte compartió información detallada, revelando que había un despacho declarando de interés el proyecto para el sector del parador Puerto Pirata.

Esta secuencia de hechos es elocuente. A pesar de la conformación de una mesa de diálogo con las organizaciones, la forma de proceder es la misma: se pasa por encima de las voluntades, se ignora el trabajo colectivo y se avanza con una agenda propia, oscura y beneficiosa para unos pocos.

Los concejales, salvo contadas excepciones, no pueden alegar desconocimiento. ¿Acaso la concejal que participó de las reuniones del comité no se percató de que en una sesión extraordinaria el Ejecutivo enviaba una declaración de interés para un proyecto en la isla? ¿No le llamó la atención? ¿Y Minetti? ¿Sufre de amnesia selectiva cuando se trata de conveniencias políticas?

De Tartarelli, ¿qué más se puede agregar? Ocupado en su campaña electoral, parece haber "olvidado" la transparencia y el diálogo que se espera de un funcionario a cargo del área de Ambiente, y más aún, de un miembro del comité intersectorial Isla de los Mástiles. Su accionar, junto al de Maglia, refleja una prepotencia que busca pasar por alto cualquier control.

Avestruces de la política y el "amor" por el extractivismo urbano

Con una excepción, la concejal  Gisela Da Ponte, quien dio seguimiento al tema y compartió la información, el resto del cuerpo deliberativo parece haber adoptado la postura del avestruz. Socios por error o por omisión de Maglia y Tartarelli, se autoengañan al creerse distintos. En Baigorria los funcionarios políticos ya abrazan el estandarte libertario antes que el propio Milei Podrian llamarse Frente Libertario. Son iguales aunque se perciben distintos. No los une el espanto, sino un "amor" compartido: el amor por el extractivismo urbano. Aunque algunos se autodenominen "nacionales y populares", sus acciones desmienten sus discursos.

La historia se repite.

¿Será que, esta vez, la ciudadanía de Granadero Baigorria logrará romper el cerco del silencio y exigir cuentas claras sobre el futuro de su invaluable Isla de los Mástiles? O, ¿prevalecerá nuevamente la opacidad y el interés de unos pocos por encima del bien común?


Comentarios

  1. Mas que un comentario sobre este delicado tema, que por lo visto que este gobierno municipal hace y deshace lo que les dá las ganas. Pero no hay que olvidar lo que está pasando en el país, la gente ya no es estúpida como querían los políticos de antes y algunos de ahora. Lo que el pueblo necesita y debe obligar que el consejo estee habierto publicamente en las secciones. <porque los políticos todos, no son dueño de nada ni de nadie en lo que pertenece a la ciudad, son solamente empleados y el pueblo los patrones. y nada movimiento y cada vez que ha dispones su sueldo, el pueblo lo tiene que sabwer. Porque no son mas que nadie los e¡que manejn la Administracción, y algunos ni secundario tienen , solo saben que tienen que ganar más y sentirse que son dueño y autoritarios con las desiciones. Noooo... gente, ustedes son menos que todos nosotros , solo que alguno para no decir muchos, son delincuentes y no sirven mas que para no hacer nada para tener mucho. Y los Fiscales, ¿Todos están comprados como hacen lo del kisnerato?... Aflojen con los ideales con naftalina, empiecen a pensar cn ideales y hacer cosas por vocación por ocos años y despues vuelvan a sus casas. y trabajen de verdad, y no estar en la municipalidad sin merito y consejal para cambiar los autos. Ganense por MÉRITOS... y no por robar... ORLANDO MARIO SOVERCHIA DNI: 11.319.664

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  2. Maglia-Tartarelli-Milo-Antonella Garcia-Fontana-Daponte: todos lo mismo. juegan en el mismo equipo

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