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LA REVOLUCIÓN DE LOS CHORIS
La Recoleta es un barrio porteño que tienen sus orígenes en
el Convento de los Recoletos que se estableció en la zona a principios del
siglo XVIII. Los monjes fundaron la Iglesia de Nuestra Señora del Pilar, un
convento y un cementerio.
A finales del siglo XIX, como el barrio se encontraba en uno
de los puntos más altos y seguros de la ciudad, atrajo a las familias más ricas
que escapaban de la epidemia de la fiebre amarilla. Desde entonces, el barrio
se convirtió en uno de los lugares más elegantes y caros de Buenos Aires. Y por
supuesto de la Argentina.
Una líder nacional y popular que cobra el equivalente a más
de 100 jubilaciones básicas, se recluye en un piso ubicado en este barrio para
nada nacional y popular. La Justicia la está juzgando por corrupta. Varios de sus
fanáticos militantes(que también son progresistas nacionales y populares como ella )
se trasladan a una de las zonas más
chetas de la Argentina para proclamar la
inocencia de su amada líder
En el cruce de Uruguay con Juncal, los “viejos pibes” de La Cámpora cantan
cantitos de cancha y arrian toda sus banderas en defensa de los cargos. Los “pibes
para la revolución” bancan el ajuste del ministro Massa. El mismo que prometió
tiempo atrás que iba a “barrer a los ñoquis de La Cámpora” y hoy festeja los
elogios que le hace Wado De Pedro.
Mientras la mitad de los argentinos es pobre, Cristina, deambula
entre Recoleta y sus mansiones patagónicas.
Lleva una vida de cheta, en un barrio cheto. Mientras gran parte de sus
fanáticos no puedan ni siquiera alcanzar la canasta básica alimentaria, quedan distónicos
prometiendo quilombo si tocan a Cristina. No aportan ni una prueba de
inocencia. Ni siquiera un gritito de inocencia.
Gritan cánticos de otras épocas reforzando su patético
relato. Mientras tanto su multimillonaria líder se asoma al balcón de su piso
en Recoleta y les dispensa un bailecito. Cristina es una cheta buena. Sólo
mantiene los pobres porque los ama. Si no no se entiende como aumentararon
tanto.Por las dudas vale recordar que de los últimos 18 años y medio, 14 años y
medio fueron gobernados por el kirchnerismo.
Lo más osado de esta revolución camporista es haber llenado
de olor a chori las cortinas de los palacetes parisinos del barrio y la de los
pisos exclusivos cuyo valor es de 1.800 dólares el metro cuadrado.
No olvidarse que la
corrupción genera más pobreza Y también concentra
la riqueza en manos de corruptos. Y corruptas.
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