NO MUERDEN






Mentir a veces significa solamente tener la intención de describir una ficción como si fuera real. Se necesita fingir, por lo tanto, quién miente sabe lo que hace . Es decir que además de mentiroso es hipócrita. Si no fuera consciente de su mentita sólo estaría cometiendo un error.
La mentira y el engaño no son precisamente atributos que enaltecen a una persona. Mas bien lo contrario y ponen en duda la moral de la persona que miente y engaña. Nadie quiere comprar algo que vende un mentiroso.
En la política sin embargo las cosas cambian. Pareciera que mentir es inherente a los políticos. Las mentiras muchas veces se acomodan al gusto de la audiencia y cuentan con el apoyo de los medios en la pendiente, los hijos de la pauta. Quizás por eso los políticos mienten: dicen lo que algunos quieren escuchar y lo refuerzan con mensajes pautados en medios militantes.
Esta actitud hipócrita es posible cuando los organismos de control o la oposición no funcionan, se hacen los distraídos o aplican un discurso cosmético para maquillar las mentiras.
La mentira tiene patas corta dice un dicho popular y la verdad casi siempre sorprende y deja en evidencia al o a los mentirosos.
Ahora, lo sabemos. El predio del Hospital y Hogar escuela sólo les importa para escribir mensajes para su tribu.
Han convertido nuestra ciudad en un país lejano. Y nos dejan esta caricatura del progreso.
Con nombre, apellido y lugar de pertenencia.

PD: gracias Belen Pereyra Cordoba por las imágenes. 



 

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