NO MUERDEN

ABRAZO DE OSO

 




Desde esta columna siempre, casi siempre, hablamos de lo que pasa en nuestra aldea. En el Tomo I de Crónicas de Baigorria, en el epígrafe, escribimos la frase de Tolstoi “Pinta tu aldea y pintarás el mundo”.

Muy pocas veces hablamos de lo que sucede fuera de ella. Siempre hay  momento en que otros  pueblos  pueden pintar el futuro de nuestra aldea.  Antes que nos humille pensar que lo sabíamos y no hicimos nada, ahora que buena  parte del mundo está convencida  que los políticos son todos iguales, ahora que algunos políticos se ridiculizan y humillan haciendo pogo, ahora que otros políticos traicionan sin vergüenza a sus votantes, ahora que medios en la pendiente protegen a los ridículos y los traidores, ahora es el momento de recordar una experiencia  de otra aldea, en otro país, con la misma onda:  hay que eliminar a todos los políticos que solo se preocupan por  enriquecerse,  engañar con mentiras y promesas que nunca piensan cumplir.

Grafton es una pequeña ciudad de New Hampshire en Estados Unidos. Cuentan quienes conocen el lugar, que Grafton es un pueblito tranquilo rodeado de  bosques .En el año 2004, un grupo de "libertarians" que se habían conocido en foros de internet decidieron que era el lugar perfecto para poner en práctica un experimento que demostrase que las ideas de máxima libertad y mínima intervención pública eran el estado perfecto para el desarrollo del ser humano. Lo llamaron Free Town Project. Y así lo hicieron.

Unos 200 se mudaron a Grafton

“El que quiere andar armando que ande armado”, era parte importante del paradigma que se instaló en esa localidad cercana a la frontera con Canadá

En poco tiempo, redujeron el presupuesto municipal en un 30%  dejando de prestar servicios públicos que consideraban innecesarios: mantenimiento de rutas, planeamiento urbano y recolección de residuos. También cortaron los gastos en iluminación y bomberos.

Las cosas marcharon más o menos bien hasta  2011 cuando las rutas de Grafton se habían llenado de baches, las calles se quedaron prácticamente sin iluminación y se produjo el primer  asesinato registrados en la historia del pueblo. Al no haber un Estado que se ocupara, no había obra pública. No había higiene, ni salud pública. Eso si: el que quería podía tener armas.

Entonces llegaron los osos.

Al haber eliminado el planeamiento urbano, los habitantes de Grafton ampliaron sus territorios, construyendo donde se les ocurría. Así comenzaron a internarse en territorio que ocupaban los osos negros . Animales que teóricamente no son agresivos con los humanos.

Como  además se había eliminado el servicio de recolección de residuos , la  basura urbana olía tan bien para los osos que hasta en los rincones más recónditos del bosque se podía olfatear. Y parece que los osos  tienen buen olfato

Los restos de comida humana tienen mucha más sal y  azúcar, son mucho  más sabrosos y calóricos que las bayas y los salmones de los bosques, así que empezaron a llegar cada vez más y más osos, que dormían menos, hibernaban menos y estaban cada vez más agresivos. Una suerte de osos adictos.

Los osos recibían mensajes confusos de parte de los habitantes de Grafton: con  el argumento de  «puedo hacer lo que quiero en mi jardín», algunos le daban de comer tortas, animando a los osos a acercarse al pueblo con más frecuencia;otros, con sus armas «libres», simplemente les disparaban.

Con la situación fuera de control, los libertarios  acudieron por ayuda al Servicio de Caza y Pesca de New Hampshire que les comunicaron “lo sentimos, ustedes viven en  el estado del “Vive libre o muere”. Resuélvanlo ustedes”.

Al final, en 2014, y con el pueblo hecho un desastre, los libertarios  dieron por terminado el Free Town Project. Algunos se fueron y otros se quedaron, pero entre todos acordaron que el presupuesto municipal aumentase un 50% más que el que había antes de que llegaran.

El experimento en Grafton es un  ejemplo de cómo las teorías pueden encontrarse con desafíos prácticos en la realidad. Aunque el anarcocapitalismo libertario suene atractivo, la realidad de mantener una comunidad funcional sin un sistema de gobierno central plantea dificultades significativas.

El peligro, entonces no son las ideas libertarias: somos nosotros. Con muchísimo respeto digo que ya son varias generaciones que ven que la democracia es un medio para que algunos se enriquezcan y accedan a privilegios.

Por eso ven la solución  en quienes proponen  la barbarie de Videla, de Hitler o de Pinochet. El orden de Bukele o las fantasías de un  clonador de perros.

La democracia nos da libertad para exigirles a nuestros dirigentes que se dediquen a solucionar los problemas urgentes de la gente. O se dan cuenta que no alcanza con bailar un pogo fingido o asustar con el fantasma de la usurpación  y empiezan ahora, o los mesias de las falsas promesas se van a quedar con todo. Hasta con nuestra libertad.

Todavía podemos construir libremente una nueva realidad.

Todavía.



Comentarios

  1. El contrato social es inevitable para la vida social. Aún sin capitalismo. Muy buena nota.
    Saludos
    Soy Isa Isern

    ResponderEliminar
  2. LLA va a ser gobierno por más que les pese a muchos. hartos de corruptos estamos

    ResponderEliminar

Publicar un comentario